Está visto que ahora la moda es hacer películas apocalípticas, post-apocalípticas o sucedáneas donde el ser humano está bastante tocado y ha de ingeniárselas para llegar a su fin con las trabas que el entorno trae consigo. Mil formas hay de meter una historia en este contexto como mil formas hay de tratarla y que te quede aceptable, pero por desgracia la mayoría de ellas se quedan en este calificativo y ya sea por una cosa u otra no logran alcanzar la excelencia. El tráiler del “El libro de Eli” pintaba muy bien, pero tan bien como los trailers de otras muchas películas que luego se quedan en eso, simples espejismos, y no dan para más. Personalmente me gusta bastante Denzel Washington (Eli, el protagonista) pero para mí que se ha equivocado de película si lo que quería era lucirse y dejar huella en el género.
La ambientación está muy lograda, tanto la iluminación como el decorado te sitúan perfectamente en un paraje post-apocalíptico donde el sol ha hecho y hace estragos y la falta de agua y de cordura en la gente hacen más difícil aún la supervivencia. Eli reparte sablazos como un campeón y no le sopla ni Dios pero el guión y la interpretación de algunos actores no lo salva ni él ni una campaña de promoción de esas que tienen muchos ceros. El libro de Eli tiene menos intensidad dramática que las películas de Chuck Norris. No hay ritmo suficiente, no hay dinamismo, apenas hay escenas donde el protagonista se las vea en apuros y te entre ese gusanillo en el cuerpo donde temes que lo maten porque lo tiene más difícil que la madre de Bambi. Toda la película es un paseo donde sólo cuando Denzel Washington saca a pasear el sable se consigue ver momentos que realmente merecen la pena.
La palabra que mejor definiría este largometraje sería “casi”. Pues casi llega a ser buena; casi tiene una historia interesante, que creo merecería más la pena si se hubieran caracterizado mejor las pasiones bajas del antagonista (Gary Oldman) y ocurrieran a lo largo de la película acontecimientos algo más reveladoras; casi logra un final que arregle todo lo anterior, pero Eli ni con algunas cosillas que se guardaba en la manga es capaz de conseguirlo; y casi tiene una actriz principal (Mila Kunis) que sepa actuar decentemente.
Lástima da pensar que algunas pinceladas si se hubieran dado con más fuerza y con brochetazos más largos hubieran hecho de ésta otra película mucho más completa. El concepto neo mesiánico, pero con fines negativos, que se propone de mano del personaje de Gary Oldman, si se hubiera explotado un poco más y mejor, le hubiera dado un empuje que no le vendría mal a éste western moderno, al igual que si se hubiera dado pie al espectador a plantearse algunas cuestiones ético existenciales y no sólo las que corresponden a la fe.
A favor de la película se podría decir que argumentalmente hablando queda claro lo que se pretende expresar y posiblemente un público que difiera de mi visión y abrace más otros valores y creencias la considere hasta inspiradora, pero desde la objetividad puedo afirmar sin que me tiemble la voz que si un mensaje como el que se quiere mostrar se transmite de la forma tan fría y débil como se ha hecho y además nos encontramos con una naturaleza híbrida entre la acción, ciencia ficción y la moral cristiana que están tan a medias no se puede sino salir del cine con la sensación de no saber lo que has estado viendo y si ha estado bien o no.
Publicado por
P.U.M.M.
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